Plagio académico

Sin lugar a dudas, el Plagio académico es un efecto pernicioso que se ha incrementado considerablemente debido al creciente acceso a información a través de la Internet. Es muy conocida la expresión Gloguear para señalar la búsqueda de información en la red en donde se puede conseguir todo lo que deseemos conocer y aparejada a ello la facilidad y tentación de plagiar cualquier documento.

Hay herramientas digitales que proporcionan mecanismos para su detección como por ejemplo programas informáticos como Turnitin.

Esta “Es la herramienta más potente, porque no solo hace comparativas con la información que está disponible en Internet, sino también con los documentos subidos por todas las instituciones que lo utilizan” (1).

No obstante, considero que aún cuando se haga necesaria el uso de herramientas de este tipo para minimizar los efectos nocivos del Plagio académico y disuadir sobre su empleo, de lo que se trata es de generar un sentido de responsabilidad, compromiso y comportamiento ético en el proceso de aprendizaje a la hora de citar las fuentes de consulta. No es apropiado que el docente se deba convertir en una especie de policía académico.

Algo muy obvio, pero que en la era de Google parece necesario recordar es que “Hay que devolverle al alumno la responsabilidad como futuro profesional que va a tener que trabajar con rigor, por mucho que haya una labor de control del profesor”.

Vale agregar que de manera casi paradójica, herramientas de detección de plagio como la citada adolece de un serio contrasentido como lo es el que hace caso omiso de la propiedad intelectual de los estudiantes al disponer de los trabajos de estos.

(1) (2) https://www.elmundo.es/papel/2020/03/11/5e67ba6ffc6c837c2f8b45be.html